sábado, 12 de noviembre de 2011

BIZCOCHO DE MAGDALENA CON CROCANTI DE ALMENDRAS

Este bizcocho es de esos que se comen solos una tarde de domingo con un buen café, o de los que se saborean en el desayuno con un colacao calentito.
Es tierno, esponjoso y con un ligero toque de naranja. Ni demasiado dulce ni demasiado húmedo.

La receta original es la de las magdalenas de webosfritos.es. Allí aprendí trucos para que las magdalenas quedaran con ese "copete" tan característico, para darle la textura esponjosa y que no se me bajaran.
Pero yo esta vez la he querido en forma de tarta, así que os pongo los ingredientes y el paso a paso para que podáis hacer este riquísimo bizcocho.

Ingredientes: 
PARA EL BIZCOCHO 

-50grs. de zumo de naranja
-Ralladura de una naranja
-200grs. de huevo pesados sin cáscara (aprox. 4 huevos)
-200grs. azúcar
-200grs. aceite de oliva
-220grs. de harina normal
-Una pizca de sal 
-1 sobre de levadura química (tipo royal)

PARA LA ALMENDRA CROCANTI:
-200grs. de almendra fileteada
-2 cucharadas soperas de miel
-100grs. de azúcar 

Preparación:
Batir los huevos con el azúcar hasta que se pongan esponjosos y doblen el volumen. Yo los pongo a baño vapor (una olla con un poco de agua al fuego y otra encima sin que toque el agua con los huevos y el azúcar) de esta forma montan más rápido.









                                                                                                               






       










Añadimos el aceite y mezclamos con las varillas para que se integre. Este batido no debe ser excesivo, con 15 segundos deberÍa ser suficiente. 
Agregamos la harina tamizada junto a la levadura y la sal y mezclamos con una espátula con movimientos envolventes para que no se nos bajen los huevos. (movimiento envolvente significa mover la masa con una espátula en forma de J, de arriba a bajo y giramos).
Precalentamos el horno a 250º calor arriba y abajo. 
























 











Pincelamos el molde con un poco de mantequilla y lo forramos con papel de hornear. Otra opción es enharinarlo después de ponerle la mantequilla o podemos usar un spray desmoldante. Las tres opciones son buenas. Yo suelo forrarlo con papel de hornear porque dejo que sobresalga el papel por el molde, así consigo más altura del bizcocho. 
Vertemos la masa en el molde que queramos, en mi caso era uno de 18cm de diámetro y 7 de alto. Llené el molde 3/4 partes, y con la masa que me sobró hice cinco magdalenas rellenas de nutella. Si utilizáis un molde de 22cm, no os sobrará masa.
















Bajamos la temperatura del horno a 220º y horneamos durante 40-45 minutos. Depende de nuestro horno. Pinchar con un palillo de madera hasta el fondo y si sale limpio, el bizcocho ya está, si nos quedan restos de masa, dejar hornear un poco más y volver a probar.
Es importante no abrir la puerta del horno hasta pasados 30 minutos, ya que el cambio brusco de temperatura haría que se nos bajara el bizcocho. 

Mientras enfría, preparamos la almendra crocanti. Se pone en una sartén el azúcar con las almendras y se dejan dorar. Añadimos la miel y la mezclamos bien. Rápidamente para que no se enfríe, la ponemos por encima del bizcocho y lo dejamos enfríar.
Tendremos un bizcocho alto y tierno con una capa riquísima de crocanti. El contraste es divino!!
Seguramente no es la mejor forma de hacer el crocanti, pero la improvisé sobre la marcha y el resultado encantó en casa. Llegó mi tío y se comió un buen trozo aún caliente, y se llevó medio para el desayuno, así que lo considero un éxito rotundo, no duró en casa más de 15 minutos! 



**NOTA: Para la preparación de magdalenas el paso es el mismo, solo que pondríamos la masa en cápsulas de papel dentro de una bandeja para magdalenas o flaneras de aluminio, de esta forma evitamos que el peso de la masa nos deforme la cápsula y las magdalenas suban más. 
Antes de hornearlas, se dejan reposar en la nevera 30 minutos para conseguir que se nos haga el copete.

Hasta la próxima entrada.
BUEN PROVECHO 

lunes, 7 de noviembre de 2011

DULCES COMIENZOS

Supongo que este blog comienza como tantos otros, por mi pasión a la cocina. Bueno, de momento, a la repostería, ya que cocinar, cocino poco, no por falta de ganas sino por falta de "cocina propia". En fin, es una larga historia.

Tengo 25 años, y hace tres o cuatro que me dio por curiosear por Internet unos pasteles preciosos, llenos de colores y tan altos que casi daba vértigo mirarlos.  Yo nunca había cocinado nada, así que me armé de valor y mucha harina y me dispuse a preparar mi primer bizcocho. La verdad que no recuerdo ni la receta que usé, pero si recuerdo que era de color azul.
Le puse colorantes vahiné líquido y quedó un azul celeste que a mi me pareció un trocito de cielo, pero que con el tiempo me he dado cuenta que de azul solo tenia el suspiro.
Y es que así ha sido la evolución de estos pasteles en España, primero entraron con cierto pudor, como el ligero azul de mi bizcocho y ahora que han llegado, lo han hecho para quedarse, como los colores brillantes y fuertes que consigo ahora en mis creaciones.

Pero bueno, a lo que iba, he abierto este blog como diario repostero para mis futuros hijos. Quiero que mi humilde legado, mis recetas, queden aquí para ellos. No se si los tendré, ni si les gustará cocinar, pero yo ya me habré cubierto las espaldas.
No quiero que les pase como a mi con mi abuela, mi querida yaya, que amaba la cocina, amaba cocinar y que nosotros la amáramos a ella.
Cada domingo, vestía la mesa con un mantel rojo, pero rojo pasión, que pese a los años que tenia, jamás ví como perdía color. Ponía sus cubiertos de gala y empezaba el desfile de platos. Nos traía una ensalada, con sus tomates de huerta pelados, ya que la piel no me gustaba, la mezcla de lechuga normal i escarola, olivas rellenas, pepino, cebolla que no picaba y algo de zanahoria.
Después venían los mejillones rellenos de salsa de tomate con trocitos de cebolla y zanahoria, vamos, de sofrito. ¡¡Jamás he vuelto a probar unos mejillones como esos!! También ponía un platito de embutido y pan con tomate, pero no pan de payés, era barra normal en rebanadas pequeñas.
Y ahora viene el plato fuerte: unas veces eran canelones, otras paella, algunas otras eran macarrones (mi plato preferido por aquel entonces, y a quien quiero engañar, incluso ahora) y de vez en cuando, calamares rellenos.
Pero de todos los platos fuertes, el más esperado en mi familia eran los caracoles. No recuerdo muy bien como los  hacía, pero si recuerdo verlos en un saco de malla colgados del terrado durante 15 días, y ver a mi abuela en la cocina un día antes empezar a prepararlos. Años más tarde he descubierto el suplicio por el que pasan los pobres caracoles antes de ser cocinados, y muy a mi pesar, me encantan, pero no puedo evitar sentirme culpable cada vez que me como uno.
Aunque debo decir que como los caracoles de mi abuela, ¡ningunos!
Y de postre siempre hacía su famosa tarta de manzana al horno. Recuerdo que la casa olía a manzana y a canela, y que todos estaban deseando hincarle el diente, todos menos yo. No me voy a perdonar no haberla probado, pero por aquellos años me tiraba más un helado que una tarta casera de manzana.
Yo creo que eso me traumatizó tanto que me he desquitado haciendo yo los bizcochos. Por eso este blog se basará, de momento, en más recetas dulces que saladas.

Perdonad este intricado de historias, pero es mi primer post y me cuesta un poco seguir el hilo narrativo.

Lo retomo; Mi yaya murió hace seis años, y no me dio tiempo, por eso de las prisas de la juventud, a que me enseñara a cocinar. Pero si tuve tiempo de aprender a amar este arte, de amar la cocina como ella la amó.
Por todo esto, y como un regalo hacia ella, que seguro que se siente orgullosa, inicio hoy, 7 de Noviembre del 2011 este blog, para que quede constancia de mis dichas y desdichas entre moldes, cazuelas y mangas pasteleras.

Y a mis futuros hijos decirles, que esto tambien es por ello, para que la recuerden a ella y me recuerden a mi, y nunca echen de menos los domingos en casa de la yaya.

Hasta el próximo post que vendrá con receta.
Buen provecho